Cuando salió en la prensa el ganador y finalista del Premio Herralde de Novela, el pasado 6 de noviembre, me gustó reconocer el nombre de la joven escritora argentina Camila Fabbri, quien consiguió el reconocimiento del jurado como finalista de la cuadragésima primera edición de este prestigioso premio. Fabbri es una autora de la que ya había leído un relato que apareció publicado en Granta: los mejores narradores jóvenes en español, 2, y estos fueron los motivos que me empujaron a leer esta novela que podéis encontrar publicada por Anagrama.
Pero otro de los motivos que hicieron que quisiera leer esta novela, fue ese primer capítulo que se puede leer en la web de la editorial, y en el que la autora nos introduce en la acción de lo que será uno de los grandes acontecimientos de esta historia con tantas aristas como lo es la de Paulina, empezando casi por el final, y narrando los instantes iniciales después de un accidente de tráfico que salpican el resto de la narración, en la que se nos cuenta como nuestra protagonista ha terminado sufriendo este percance.
Esta es una de esas obras en las que uno además de leer tiene que vivir el libro, y es por ello que hacer un resumen de la trama puede ser incluso contraproducente, ya que se corre el riesgo de arruinar la experiencia lectora a futuros interesados en conocer quién es Paulina.
Es una novela en la que hay una narración en la que se mezclan el pasado y el presente, y en la que a pesar de que hay un grupo reducido de personajes, se puede apreciar la visión que la autora tiene acerca de la sociedad en la que vive, todo ello con toques de humor que hacen que se te escape una sonrisa en algunos momentos.
En definitiva, he disfrutado mucho de esta novela, un libro que a pesar de ser breve te hace reflexionar acerca de diferentes temas que la autora ha incluido de una forma muy acertada en esta obra.
Daybreak Over the Ocean 