Con esta entrada quería hacer una especie de resumen, recogiendo todas esas lecturas de finales de Junio hasta principios de este mes de Octubre, como se puede ver este repaso abarca el verano y también las primeras semanas del otoño. Estos han sido unos meses cargados de grandes libros, y llenos de historias que con total seguridad se quedaran conmigo durante mucho tiempo. En estos meses he podido descubrir nuevos autores y autoras, además de haber logrado hacer las paces con autores que no me habían logrado convencer en el pasado. En otras palabras, la experiencia lectora ha sido insuperable.
Empezando el repaso por esas novelas que han logrado dejar su huella, tenemos varios títulos muy recomendables, pero entre todos ellos sobresalen dos: “La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey” y “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez.
Tengo que decir que “La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey” es un libro que es, según mi opinión, prácticamente perfecto. Esta novela epistolar creada por Mary Ann Shaffer y Annie Barrows, es capaz de sacarte una sonrisa y emocionarte con las historias de los habitantes de la isla de Guernsey durante uno de los periodos más sombríos de la historia. Esa mima sensación de estar leyendo una historia perfecta la experimente en cada una de las páginas de “Cien años de soledad”; es cierto que es un poco lioso y confuso para el lector que los personajes vayan “heredando” los nombres de sus antepasados, pero también es igual de cierto que las últimas páginas que cierran esta maravillosa historia son una auténtica delicia.
Durante los meses de estío también he aprovechado para realizar un par de «viajes» literarios, además del proyecto personal ya comentado en el blog de El festival de las letras hispanoamericanas, también he abierto mis fronteras a un par de autores francófonos como son Patrick Modiano y Amélie Nothomb. Aquí me gustaría mencionar tres obras que son perfectas para leer en un fin de semana de playa o piscina, la primera de ellas es “El Túnel” de Sábato, “En el café de la juventud perdida” de Modiano y para terminar “El crimen del conde Neville” de Nothomb.
Aprovechando que a finales del mes de junio se estrenaba la adaptación cinematográfica de “Chesil beach”, me decidí por leer la obra original de Ian McEwan; este es, hasta la fecha, el tercer libro que he leído del genial escritor inglés. Mientras que “El ruido del tiempo” ha sido mi primer contacto con, el también inglés, Julian Barnes. Aunque los dos son libros que me han gustado mucho, tal vez “El ruido del tiempo” haya sido una lectura un poco más disfrutada, ya que esta «biografía» libre sobre la vida de Dmitri Shostakóvich ha sido una muy grata sorpresa para mí.
Igual de sorprendente ha sido una de mis lecturas más recientes, “Rey de picas”, novela de suspense e intriga firmada por la neoyorkina Joyce Carol Oates. Y como comentaba en el comienzo de esta entrada, también ha habido tiempo para reconciliarse con un gran autor como es Paul Auster; y con el que hace un par de años tuve una mala experiencia que ha sido «corregida» gracias a su novela “Un hombre en la oscuridad”, novela que a pesar de su comienzo lioso y un poco confuso, termina derivando en una de esas historias sobre la vida y de la que todos podemos sacar muchas y valiosas conclusiones.
Relatos: destacar dos colecciones de cuentos, y tres relatos de menos de 90 páginas.
La primera de esas dos colecciones de cuentos lleva el nombre de la galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2008, me refiero a Margaret Atwood y su “Asesinato en la oscuridad”; obra en la que tenía depositadas ciertas esperanzas a la hora de conocer un poco más a la escritora canadiense, pero que por desgracia no me ha ayudado en esa tarea (tendré que seguir leyéndola). Una sensación totalmente distinta es la que me produjo el finalizar “The missing girl” de Shirley Jackson; pues con sólo leer los tres relatos que aparecen en este pequeño libro uno queda totalmente prendado a la forma de narrar tan especial de la escritora de San Francisco. También escrito en inglés este “The break-through” de Daphne Du Maurier, pequeño relato que reflexiona sobre los avances científicos y que tiene reminiscencias de la literatura gótica.
Siguiendo con otra autora muy conocida, y reconocida tanto por los lectores como por la crítica, tenemos a la mexicana Elena Poniatowska con “Querido Diego, te abraza Quiela”, este es un pequeño libro que en apenas noventa páginas recoge una correspondencia ficticia entre los pintores Diego Rivera y Angelina Beloff; estas conmovedoras cartas nos muestran lo difícil que es la vida cuando las personas a las que amamos están ausentes.
Otra de esas gratas sorpresas ha sido el descubrimiento de Haruki Murakami, y esto ha sido posible gracias a “La chica del cumpleaños”, y ciertamente mi primera aproximación a la obra del aclamado escritor japonés no podría haber sido mejor. Este relato corto encierra varios pequeños misterios para los lectores, y todos nos preguntamos qué deseo habrá pedido nuestra protagonista por su vigésimo cumpleaños. Aunque para regalo el que nos hace el autor al final del libro, en donde aprovecha para repasar algunos de sus cumpleaños, además de permitirnos conocer algo más sobre su rutina. Libro ilustrado por la artista alemana Kat Menschik.
No-Ficción, Poesía y teatro.
En poesía tenemos tres poemarios que en líneas generales me han gustado, pero sin llegar a ser ninguna locura. Empezando por Dulce María Loynaz de quien leí dos obras, bastante breves, con motivo de El festival de las letras hispanoamericanas. Anteriormente había leído una colección de poemas realizada por un profesor de lengua y literatura que me dio clase cuando estudiaba bachillerato, en este libro se encuentran varios de los poemas más conocidos de la literatura española, de la gallega, así como de los principales poetas del otro lado del Atlántico. Finalmente, “Bailarás cometas bajo el mar” del cantautor de A Coruña, Xoel López.
En no-ficción aparecen una biografía y uno de los diarios más famosos de la historia de la literatura. En efecto, ese diario es el de Anne Frank, pero en este caso se trata de una adaptación que han realizado, en una forma de comic, Ari Folman y David Polonsky. Mientras que la biografía recoge la vida de la madre del escritor Richard Ford, un libro que, en pocas palabras y en mi opinión, no deja en muy buen lugar al escritor de Misisipi, especialmente tras leer como se comportó este ante la enfermedad de su madre.
En lo referente al teatro, tengo que decir he disfrutado mucho leyendo “El loco de los balcones” de Vargas Llosa, en esta obra se trata el tema de la amenaza que supone la urbanización sin control y sin respetar el legado cultural de los centros históricos de las ciudades; además de las relaciones personales entre nuestros protagonistas, un padre y su hija (huérfana de madre), una relación que irá evolucionando a lo largo de la obra.
Bueno esto ha sido, más o menos, todo lo que he leído durante este verano y las primeras semanas de otoño. Han sido meses de buenas historias y agradables sorpresas literarias.