Archivo por meses: septiembre 2019

Los libros de mi verano

Como cada trimestre me gusta echar la vista atrás y compartir cuales han sido mis impresiones tras finalizar los libros leídos durante esa estación, me parece que es una buena ocasión para conocer esos aspectos que de una forma u otra definen mis gustos literarios.

Como siempre me gusta hacerlo por categorías, pero para variar, en esta ocasión, empezaré con las novelas leídas durante los meses veraniegos, en total han sido cinco, cuatro de ellas están firmadas por autoras y una la escribió uno de los nombres propios de la Generación Beat. Aunque también he leído poesía, teatro e incluso un poco de no-ficción.

Novelas:

Así que empezando por orden de lectura, nos encontramos con “Milkman” una de las sensaciones literarias en el Reino Unido, y que le sirvió a Anna Burns para conquistar el Premio Man Booker en 2018. Este es un libro duro, que nos traslada a los tiempos del conflicto armado en Irlanda, pero lo hace de una forma tan personal y especial que uno tiene la sensación de estar mirando con sus propios ojos el retrato de otra época.

Luego viene uno de esos libros que de verdad todo el mundo debería de leer, estoy hablando de “El jilguero” de Donna Tartt, una historia maravillosa, adictiva, y de la que todos podemos aprender algo; lo que más me ha gustado de esta novela de más de mil cien páginas son las relaciones que nuestro protagonista establece con las personas que son importante para él, pro ejemplo: la señora Barbour, Boris o Hobie.

En el camino” de Jack Kerouac nos hace viajar no sólo a una época diferente, sino que también por un país tan lleno de contrates como era y sigue siendo Estados Unidos, una aventura sobre ruedas que nos garantiza páginas llenas de emoción mientras seguimos a nuestros carismáticos y peculiares protagonistas.

Crimen en directo novela de la popular escritora sueca, Camilla Läckberg, es un libro que uno tiene que tener ganas de leer, pues al principió se puede hacer un poco inaccesible mientras se están introduciendo las tramas, pero una vez que ya estás inmerso en la lectura esta se vuelve más ligera, y es más fácil llegar a conocer a los personajes, pero mucho ojo que en esta historia nadie parece ser quien dice. Tras tenerlo aparcado casi diez años en mis estanterías, al fin me decidí a darle una oportunidad a este libro, y la verdad es que ha sido un acierto.

Otro libro de misterio es “La casa de Riverton”, pero con una prosa más fina y delicada, Kate Morton nos sumerge en una historia llena de secretos que se irán resolviendo con el avanzar de la lectura. Este es un libro que tenía muchas ganas de leer, y por lo de ahora estoy seguro de que no será el último libro que lea de la autora australiana.

Además también he tenido la oportunidad de leer una colección de historias cortas escritas por Elizabeth Strout “Todo es posible”, y que repasa algunos nombres propios que han estado presentes de una forma u otra en la vida de Lucy Barton, personaje que ya había aparecido en la anterior novela de la autora nacida en el Estado de Maine.

Y para terminar con este bloque una pequeña obra de la escritora belga Amélie Nothomb titulada “Riquete el del copete”, que es una revisión de un cuento de Charles Perrault, y que realmente está muy bien para esos momentos en los que uno ha finalizado un libro y no sabe cual leer después.

Poesía, teatro y cómics:

Empezando por poesía tengo dos poemarios escritos en castellano, y uno de una escritora gallega que de verdad me gustaría que todos pudierais leer porque es realmente genial.

Los dos poemarios en castellano son de dos autores muy conocidos y respetados como son Joan Margarit y Luis García Montero, del primero he leído “Joana” que es un poemario que de verdad consigue emocionar al lector; mientras que del andaluz he leído “Habitaciones separadas” pero tengo decir que no me gustó nada de nada. Y como decía también he leído algo de una joven escritora gallega como es Noelia Gómez, y la verdad es que he quedado gratamente impresionado de este “O Xiro”, y espero poder seguir leyendo más obras de esta autora en el futuro.

En lo referente al teatro he seleccionado una de las obras magnas de la extensa bibliografía de William Shakespeare, “El rey Lear”, este era uno de esos títulos que siempre he sabido que tenía que leer, y ciertamente ha sido una de las mejores lecturas del año. Shakespeare nunca falla.

En mi reto personal de leer al menos un cómic cada trimestre del año, me he topado con una gran decepción, y el causante ha sido “Sabrina” del escritor norteamericano Nick Drnaso. El aburrimiento, y la simpleza del dibujo hicieron que me fuera imposible conectar con una historia que se caracteriza por repetir una y otra vez la misma idea de forma machacona a través de las más de doscientas páginas.

No-Ficción:

En estos tres meses también he podido disfrutar de dos libros de no-ficción que a decir verdad no tenía pensado leer.

El primero de ellos llegó a mis manos durante uno de esos días lluviosos del verano gallego, y casi por casualidad, el título “813” lo firma la pintora e ilustradora valenciana Paula Bonet, y se trata de una biografía a modo de repaso a la carrera del director de cine François Truffaut.

Mientras que el segundo es una crónica referente a la pobreza y sus prejuicios, y lo firma una escritora de la que ya había leído un par de obras en el pasado, y de la que puedo decir que es una de mis escritoras españolas favorita, ella es Sara Mesa y el título de este libro es “Silencio administrativo, la pobreza en el laberinto burocrático”; de este pequeño libro me gustarais decir que su lectura me parece imprescindible para comprender mejor el mundo en el que vivimos.

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Reseña: Todo es posible de Elizabeth Strout

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Volver a encontrarse con la pluma de Elizabeth Strout es siempre una delicia, pocos son los autores que tan bien han sabido reflejar lo extraordinario del día a día, de lo cotidiano, de la vida en general; es por ello que cuando me decidí a leer “Todo es posible” ya partía con un sentimiento positivo y de alegría hacia el propio libro, sin embargo tengo que confesar que tras finalizarlo me he dado cuenta de que Strout es una de esas personas de las que me gustaría leer todos sus libros.

Al igual que muchos, yo llegué a este libro tras haber disfrutado de la última novela de la escritora de Maine, “Me llamo Lucy Barton”, y con la premisa de que en este libro conoceríamos a una serie de personajes que habían estado presentes en la vida de la familia Barton durante la infancia de Lucy.

En este libro que está compuesto de varias historias cortas o relatos, y que se podría decir que están todas relacionadas entre sí, nos encontramos con los dos hermanos de la propia Lucy, además de con otros vecinos de Amgash (Illinois). A pesar de que se podría decir que el tono general del libro no es para nada optimista ni alegre, en estos relatos encontraremos algunas situaciones cómicas y divertidas que harán que los lectores puedan llegar a simpatizar aún más con nuestros diferentes narradores.

Un aspecto que merece la pena destacar es esa especial sensibilidad que despliega la autora a lo largo de todo el libro, mostrándonos a sus personajes tal y como son con todas sus luces y sombras. Además de tratar temas como son el amor no correspondido, el paso del tiempo y la fragilidad de la memoria, triunfar en la vida a pesar de las dificultades, o la vida en la América profunda. Y todo ello amenizado con una prosa sencillamente deliciosa que hace que el lector quiera permanecer un poco más en esos escenarios que tan bien describe Strout en sus libros.

Para finalizar me gustaría decir que con este libro Elizabeth strout pone un punto final a la historia de Lucy Barton, y lo hace compartiendo muchos detalles que quedaron a medias en el primer libro; pero no debemos caer en la trampa de pensar que para poder disfrutar de este libro hemos de leer antes “Me llamo Lucy Barton”, porque son dos libros independientes y los dos muy recomendables por separados. Yo por mi parte estoy convencido de que quiero seguir leyendo más libros de esta gran escritora americana en los próximos meses.

 

España, país de BA-LON-CES-TO

Antes de nada me gustaría decir que de las treinta y dos selecciones que tomaron parte de esta Copa del mundo de Baloncesto Masculino disputado en China, sólo dos has sido las que han sido capaces de emocionarme con su juego, y justamente esas dos han sido Argentina y España, y es que se podría decir que fueron los países que mejor baloncesto jugaron durante el campeonato. Teniendo todo esto en cuenta decir que Argentina ha sido justa finalista y han logrado una medalla de mucho mérito. Es por ello que en esta ocasión me parece un error de la FIBA el no haber incluido a nada más que a un jugador argentino en el quinteto ideal del torneo, especialmente teniendo en cuenta que este país derrotó de una manera muy clara tanto a Serbia como Francia, quienes sí fueron capaces de colocar a un jugador para reconocimiento.

Empezando por la final yo diría que la veteranía y la experiencia han sido la clave de esta final en la que España siempre fue por delante en el marcador, y en la que tampoco pasó muchos apuros para asegurarse su segundo Trofeo Naismith (2006 y 2019). Con un baloncesto solidario y grupal, España fue capaz de dominar todas las fases del juego, empezando en la defensa a Campazzo y Scola, y también en ataque con 6 jugadores consiguiendo dobles dígitos en anotación. No podemos negar que los campeonatos organizados por países del lejano oriente le traen bastante buena suerte al equipo español.

El mejor jugador de la final fue un Ricky Rubio, quien también repitió premio al mejor jugador del torneo; y la verdad tengo que decir que me parecen dos decisiones muy justas. Rubio fue el mejor de la final, y es algo que demuestran unos números que son realmente para enmarcar con 20 puntos (sólo Gabriel Deck anotó más que él -24 pnts-), 7 rebotes, 3 asistencias y 22 de valoración (sólo Marc Gasol valoró más que Ricky -27 de valoración-). Además es innegable la gran contribución del actual base de los Phoenix Suns, no sólo en anotación, sino que también en liderazgo, y siendo el faro del equipo en los momentos más complicados de los partidos de la selección, demostrando porque fue escogido con el número 5 en el Draft de 2009.

Otro jugador del que también hay que hablar es Marc Gasol, y su 2019 con el título de Campeón de la NBA y su segundo mundial. El mediano de los Gasol, que en esta temporada se ha ido a más de ciento diez partidos disputados, ha tenido una presencia muy importante con la selección española; pero quizás en esta ocasión podría decirse que fue realmente salvador en el partido de semifinales contra Australia en el que anotó la friolera de treinta y tres puntos para ganar a un rival que exigió el máximo esfuerzo para los de Sergio Scariolo.

Pero a lo largo de este campeonato has sido muchos los jugadores que han brillado con luz propia. Empezando con Juancho y Willy Hernangómez Geuer, los hermanos han demostrado que por sus venas corre baloncesto (por parte de padre y madre), y han logrado algo antes impensable en el baloncesto español, ya que los dos hermanos han logrado anotar 11 puntos cada uno en la final de un mundial (recordemos que Pau no pudo jugar la final de Japón). También Victor Claver, el valenciano que ha recibido muchas “críticas” en la redes sociales, comentarios negativos que no reflejan para nada ni la carrera ni el carácter de un jugador que se fue muy joven para la NBA y que ya lleva varias temporadas jugando en el Barcelona (uno de los mejores equipos de Liga Endesa, y uno de los grandes de Europa). Un Sergio Llull que ha ido creciendo con el transcurrir del campeonato, y ha estado totalmente desatado en ataque durante esta semana final. Y también Pau Rivas y Oriola que han sumado siempre en positivo saliendo desde el banquillo.

Ya por último me gustaría hacer una mención especial para Rudy Fernández, probablemente mi jugador español favorito, y el capitán que ha tenido el privilegio de poder levantar esta deseada copa en Pekín. Hablar de Rudy es hablar de un jugador que lidera desde el ejemplo y su compromiso, pero si analizamos su juego hemos de decir que Rudy siempre está en esos momentos más complicados (en los grandes partidos), pero también es capaz de ponerse el traje de faena y defender a un contrario sin ni siquiera mirar a la pelota. Pero Rudy es algo más que ese 3&D que dicen los americanos, es cierto que sus triples fueron muy importantes contra Polonia (cinco de cinco intentos), pero Rudy ha demostrado serenidad en los momentos claves del campeonato, y fue capaz de terminar varios encuentros con cuatro faltas y sin ser expulsado. Fernández es junto a Marc Gasol el único jugador español que puede presumir de ser dos veces campeón del mundo, y de verdad que me alegra ver como esta mezcla de veteranía y juventud le ha traído éxitos al baloncesto español.

Para ir concluyendo, remarcar mi disconformidad con el quinteto ideal de la FIBA, yo hubiera elegido uno con: Ricky Rubio y el Facu Campazzo de playmakers, con Rudy al tres (alero), y dos torres como Marc Gasol y Luis Scola para dominar el juego interior. También decir que confío mucho en Argentina y su brillante futuro para los Juegos de Tokio 2020. Y hacer un breve inciso en la gozada que es ver como España ha dominado el baloncesto en este 2019, año en el que el equipo nacional femenino ha logrado retener su cetro europeo con un campeonato maravilloso (que no pude comentar en el blog, pero disfrute con cada partido), y ahora con un segundo Mundial que de verdad es algo muy merecido para este grupo de jugadores y técnicos que ya están en la historia de este deporte.

Hablando de Valentina Lisitsa

Hoy me gustaría compartir uno de mis últimos descubrimientos musicales, pero no me refiero a que sea un descubrimiento realizado recientemente, sino que se trata de ese último gran descubrimiento que deseas compartir con todo el mundo para que todos puedan también disfrutar de esa música, así que hoy me gustaría dedicarle una entrada a Valentina Lisitsa.

Para quien no lo sepa, Lisitsa es una popular pianista procedente de la ciudad de Kiev, y que es mundialmente conocida por sus impecables interpretaciones del compositor ruso Sergei Rachmaninoff; además de haber sido capaz de darle un vuelco a su carrera gracias a la plataforma de vídeos de YouTube, trazando una parábola ascendente desde 2007, año en el que compartía su primer vídeo, hasta 2012 y su aclamado recital en el Royal Albert Hall londinense ante ocho mil espectadores.

Ahora que Valentina es reconocida por sus interpretaciones de los grandes maestros, y ha trabajado con los más prestigiosos sellos discográficos como pueden ser Decca o la Deutsche Grammophon, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que Valentina está entre los más grandes pianistas de su generación, algo que demuestra la larga lista de auditorios y teatros en los que ha dado recitales ante miles de fans totalmente entregados.

Pero todos sabemos que la música es un arte que muchas veces se escapa a las palabras, y que cada persona es capaz de experimentar una pieza de música de manera completamente diferente, es por ello que quiero compartir una serie de piezas que me han ayudado a admirar cada vez más a Valentina y a apreciar su música con cada escucha.

Empezamos con, el anteriormente mencionado, Sergei Rachmaninoff, célebre compositor Ruso que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX. Sin duda alguna este es uno de los referentes musicales de Lisitsa, y esa admiración es algo que se puede apreciar cada vez que la escuchamos interpretando uno de sus temas. He escogido este “Prelude b minor Op. 32 No. 10 – the abyss”, porque personalmente fue mi puerta de entrada en este magnífico compositor y la forma con la que además descubrí a Valentina.

Obviamente un compositor que no puede faltar en todo el repertorio de un buen pianista que se precie es Frédéric Chopin, ya que el franco-polaco era un verdadero virtuoso del instrumento. Es por ello que me he decidido por uno de sus exquisitos Nocturnos, en concreto por el “Nocturne Op 48 No.1 en C menor”.

Otro compositor ruso del que Valentina Lisitsa ha grabado numerosas interpretaciones es, el moscovita Alexander Scriabin, quien es conocido por haber sido un gran innovador en lo referente a la música clásica. Teniendo en cuenta todo esto he seleccionado una de sus numerosas sonatas, la “Sonata No.2 Op 19” también conocida como “Sonata Fantasy”.

Otro de esos imprescindibles es el alemán, Ludwig van Beethoven, del que la interprete nacida en Kiev ha estado practicando últimamente, como puede verse en su canal de YouTube donde están alojadas tres sesiones de más de una hora y cuarto de duración , cada una, y que fueron retransmitidas en directo en su momento. Sin embargo yo me quedo con esta “Sonata #29 Op. 106” popularmente conocida como “Hammerklavier”.

Ya para concluir, y de esta forma poner el broche final a esta entrada, hemos de citar a uno de los compositores que mejor refleja ese carácter que posee la propia interprete, uno que además era considerado como uno de los mayores virtuosos del piano durante su época, me refiero a Franz Liszt. Curiosamente y a pesar que Valentina tiene una relación muy especial con los compositores rusos, en mi humilde opinión, es interpretando a Liszt cuando podemos disfrutar de la mejor Valentina, y como no soy un entendido en música he decidido dejaros dos piezas como son este “El Contrabandista” y “Totentanz” para que os deleitéis con ellas, creedme no os arrepentiréis de pasar casi media hora escuchando estas dos maravillas.

Los 90 años de Ferrari

Para esta entrada me gustaría que dejarais aparcadas todas las ideas que comúnmente asociamos cuando escuchamos el nombre de este fabricante de coches de lujo, y el motivo es que en esta ocasión vamos a poner el acento en su faceta como equipo de la Fórmula 1, o mejor dicho como la Scuderia Ferrari.

No hace falta decir que cuando se piensa en el deporte rey de la velocidad y carreras de coches, el nombre de Ferrari es el primero que se nos viene a la cabeza, y la relación entre Fórmula 1 y los italianos está íntimamente ligada desde los inicios de la competición allá por el año 1950. Pero no fue hasta 1952 que los de Maranello empezaron a escribir su propia historia con letras de oro, gracias a Alberto Ascari y su primer título de campeón del mundo, proeza que sería capaz de repetir al año siguiente.

La década de los cincuenta fue gloriosa para Ferrari, conquistando dos campeonatos más, y haciendo que su marca ganase en popularidad, y que terminase por llevarles a ser mundialmente conocidos por sus bólidos de carreras y sus fabulosos coches. El cambio de mentalidad se dio con la llegada del piloto argentino Juan Manuel Fangio, quien a día de hoy sigue siendo el piloto de más edad en ganar un mundial para los del Cavallino Rampante.

Pero ese reconocimiento mundial que empezó en los cincuenta se condicionaría durante la siguiente década, y en ello tienen gran culpa tres pilotos que muchas veces pasan desapercibidos, se trata de dos ingleses y un americano, que decidieron competir con un coche italiano para poder lograr ser el mejor de todos, ellos fueron Mike Hawthorn (Mexborough, campeón en 1958), Phil Hill (Florida, campeón en 1961) y John Surtees (Surrey, campeón en 1964).

Pero si se me permite un pequeña licencia personal, me gustaría añadir que no fue hasta 1974 que Ferrari no conoció a su primera leyenda, y este no es otro que el gran Niki Lauda, quien es uno de los pilotos que mejor demuestra que nunca se puede dudar del carácter competitivo de un campeón, y es que a pesar de su terrible accidente durante una carrera en el circuito alemán de Nürburgring en 1975, Lauda fue capaz de volver a ganar otro campeonato del mundo en 1976, siendo además el primer piloto capaz de ganar dos títulos mundiales con Ferrari desde que lo hiciera Ascari en 1953.

Sin embargo el precio que tuvieron que pagar los italianos fue demasiado alto, y tras saborear el éxito con Lauda pasaron más de veinte años en los que sólo fueron capaces de ganar en una ocasión; pero a pesar de que la travesía por el desierto fue larga, con la alianza Ferrari-Schumacher se formó un binomio imparable que dominó la Fórmula 1 desde el año 2000 hasta el 2004, dando como resultado cinco títulos más para las vitrinas de la Scuderia, y un total de 48 victorias durante esos cinco años que reflejan la extraordinaria carrera de un Michael Schumacher que se consagró como el mejor de todos los tiempos cuando decidió unir su camino con el de este mítico equipo.

Muchos son los que han intentado igualar el éxito de Schumacher cuando se unieron a Ferrari, pero sólo uno fue el único que logró ser campeón del mundo, estoy hablando del finés Kimi Räikkönen, campeón mundial en 2007 y ganador de seis carreras durante esa temporada, el éxito de Kimi no está sólo en que fue capaz de ganar el mundial en su primera temporada vestido de rojo, sino que además lo hizo doblegando a un equipo como McLaren que había hecho una gran inversión durante esa campaña. Kimi demostró ser el piloto ideal para Ferrari durante esos años difíciles, y además tiene el honor de ser el último piloto que hizo campeón a los italianos, como se suele decir mejor imposible para el bueno de Kimi.

Por último me gustaría reflexionar sobre los malos resultados cosechados últimamente por parte del equipo italiano, incapaces de ganar, con un elevado cambio de pilotos en los asientos de sus monoplazas, y proyectos que parecen nunca poder asentarse debido a los continuos cambios que desde la FIA parece que intenta dar más importancia a los ingenieros que a los propios pilotos. En mi humilde opinión Ferrari ya ha vivido esta situación en su pasado, y siempre han salido adelante con la ayuda de un gran piloto, y lo volverán a hacer cuando el piloto adecuado vuelva a ponerse al volante del bólido rojo; pero mientras tanto no olvidemos que Ferrari sigue siendo el equipo que más veces ha ganado en la Fórmula 1 y también el que más Grandes Premios ha conquistado en sus 90 años de historia.