Es cierto que ya han pasado varios días (algo más de un mes) desde que terminé El Silmarillion, obra que forma parte de lo más selecto de la producción literaria del escritor británico John Ronald Reuel Tolkien, pero también es igual de cierto que tenía muchas ganas de dedicarle una entrada en mi blog a esta gran obra.
Para hacer esta entrada he decido dividir la reseña en varias partes que trataran en mayor o menor medida los siguientes puntos: ¿Qué significa para mí El Silmarillion?, ¿Lo que más me ha gustado del libro? y finalmente un pequeño párrafo a modo de conclusión citando un par de motivos con el fin de animaros a leer esta obra.
¿Qué significa para mí El Silmarillion?
Esta es una pregunta más importante de lo que puede parecer a simple vista, y es que por lo general la gente suele asociar este libro a una especie de Biblia de Tolkien y/o a una lectura lenta, tediosa y difícil de seguir, pero ni mucho menos.
Lo que yo creo que ocurre con estas personas es que no saben lo que están leyendo. Esas personas que piensan que este libro es la biblia de la Tierra Media, probablemente sólo hayan leído los dos primeros capítulos de El Silmarillion, bueno tal vez los tres primeros; y es que no podemos obviar que en la prosa de Tolkien hay un profundo carácter profano y la gente que hace una lectura en clave alegórica de su obra está tergiversando el sentido de la misma (como bien se explica en esta charla).
Es por ello, que en mi humilde opinión, El Silmarillion es algo así como un libro de relatos, aparentemente independientes, pero interconectados que nos narran las aventuran de los primeros Elfos que habitaron la Tierra Media. En sus aventuras encontramos mucho drama, en el sentido más clásico de la palabra, y he de confesar que en algunos momentos he tenido dudas de si estaba leyendo a Tolkien o a Shakespeare, especialmente en el vigésimo primer capítulo “De Túrin Turambar” de la segunda parte (Valaquenta). Otros temas seran las traiciones, la lucha contra el destino, luchas de poder -el bien contra el mal-, y obviamente una oda a la naturaleza.
Lo que más me ha gustado.
Antes de profundizar en esos pasajes favoritos, he de decir que hay que apreciar el tremendo esfuerzo que Tolkien realizó a la hora de crear tanto los árboles genealógicos de los Elfos y los hombres, además de todo lo referente a la cartografía y los mapas de Arda que van cambiando con cada una de las edades de la tierra, y sin olvidarnos del trabajo exhaustivo a la hora de crear el idioma élfico, especialmente todos los nombres de nuestros protagonistas.
Es por todo ello que se me antoja imprescindible el poseer una edición que contenga al menos un mapa, la mía tiene un mapa de Beleriand y las tierras del norte que está muy bien para poder ubicar todas las moradas de los reyes Elfos, como por ejemplo, El Reino de Nargothrond o Gondolin. Además del anteriormente mencionado árbol genealógico de los elfos nacidos en el Cuiviénen, para poder saber quién pertenencia a cada reino (Ingwë – los elfos Vanyar, Finwë – los Noldor y Elwë – los Teleri) o que elfos renunciaron a viajar a Valinor y se quedaron Beleriand. Ya por último es aconsejable un glosario de nombres, que siempre suele aparecen en las obras de Tolkien y que son muy útiles para los lectores más distraídos.
Dicho esto, ya podemos pasar a comentar esos pasajes favoritos de El Silmarillion:
Empezando con la historia de la creación de los Silmarils por parte de Fëanor, esas joyas que mantenían en su interior la luz de los dos árboles de Valinor (Telperion y Laurelin). Esta no es sólo la historia de cómo se hicieron estas tres joyas tan deseadas, sino que además en ella se relata la historita de como la codicia de Melkor terminó jugándole una mala pasada. Y es que fue el deseo de poseer los Silmarils, y su odio y desprecio hacia los Elfos, los que propiciaron que el malvado Melkor se aliara con la poderosa araña Ungoliant para atacar los arboles de Valinor y de paso robar los Silmarils que atesoraba Fëanor en su fortaleza de Formenos.
La de Beren y Lúthien, es una historia de amor que tiene como protagonistas a un hombre y a una Elfa, respectivamente. De Lúthien Tinúviel se dice que era la criatura más hermosa que había habitado en Arda; mientras que de Beren sabemos que era amigo de los Elfos Noldor de Nargothrond, ya que en una batalla anterior su padre había salvado la vida de Finrod, el rey de los Noldor. Esta es una historia de un amor imposible en la que nuestros protagonistas tendrán que superar una serie de obstáculos para poder “estar juntos”, empezando con la negativa inicial de Thingol, rey en Menegroth, y padre de Lúthien, quien le puso como condición a Beren para tener la mano de su hija, que le llevará un Silmaril de la corona de Melkor.
Finalmente el capítulo dedicado a la caída de Gondolin. Este es uno de esos capítulos que tiene como tema principal la llamada “Maldición de Mandos”, que fue impuesta a los Noldor tras la primera matanza de Elfos por Elfos. El reino de Gondolin era una de las pocas moradas de los elfos en la Tierra Media que era desconocida para el malvado Melkor, ya que estaba protegida por las montañas Circundantes. Fue por culpa de la traición de Maeglin que Melkor descubrió la situación exacta de Gondolin, el maligno le prometió a Maeglin el señorío de Gondolin como pago a su traición. Fue así que las tropas de Melkor se presentaron a las puertas de Gondolin en todo su esplendor, no sólo con Orcos y Balrogs, sino que también había con ellos dragones; esto supuso una masacre para los habitantes de Gondolin, quienes a duras penas pudieron escapar por un pequeño pasadizo secreto entre las montañas.
Conlusión.
Para finalizar me gustaría decir que este libro está lleno de pequeñas grandes historias que nos cuentas más cosas relacionadas con el mundo fantástico creado por Tolkien; y es importante acercarse a este libro sin prejuicios, y con ganas de descubrir más cosas relacionadas con los primeros Elfos. Yo se lo recomiendo a todas las personas que ya hayan leído las dos otras grandes obras de Tolkien y aún tengan ganas de pasar más tiempo en la Tierra Media.