Muchas veces hemos escuchado la frase “el buen perfume se vende en frasco pequeño”, y esto es algo que podemos aplicar a este relato que lleva por título Un alma de Dios del escritor francés Gustave Flaubert, un libro que podemos leer en nuestro idioma gracias a la traducción de Consuelo Berges y que ahora Nórdica Libros nos ofrece su segunda edición.
En esta primera aproximación a la obra de uno de los grandes nombres de la literatura del siglo XIX me he encontrado con un autor del que quiero seguir leyendo más obras, y con un libro que puede ser perfecto para aquellos que quieren leer más clásicos de la literatura universal pero sienten que estos son muy extensos.
En este relato del autor nacido en Rouen nos vamos a encontrar con un personaje central como es Felicidad, y que representa muchas de las virtudes que definen el carácter de las buenas personas, y será a través de ella que iremos conociendo todos los vicios de la burguesía de la época: su hipocresía, mediocridad y egoísmo.
Esta es una historia que nos cuenta la vida de Felicidad, desde ese primer amor de juventud con Teodoro, hasta convertirse en la criada de la casa de madame Aubain, en donde está a cargo de sus hijos Pablo y Virginia. Con sus costumbres austeras y su bondad uno puede pensar que la vida de nuestra protagonista siempre estuvo marcada por una especie de monotonía, pero si hay un episodio que alteró la vida de Felicidad fue la llegada del loro Lulú.
Con unas descripciones muy cuidadas, que nos sirven tanto como para situar la trama como para entender mejor las costumbres de la sociedad francesa en aquellos años, y con ese estilo sencillo pero siempre acertado podemos destacar una prosa que hace que el lector quiera seguir leyendo una vez finalizado un capítulo. Pero también debemos poner el foco en los temas que Flaubert aborda en este cuento: la pérdida de una persona querida, las personas buenas que pasan desapercibidas, la soledad y la vejez.
En definitiva, me parece que la lectura de Un alma de Dios de Flaubert (Nórdica Libros) es muy recomendable, porque a pesar de no llegar a las cien páginas este es un libro que nos ayuda a conocer mejor la condición humana. Es cierto que la mayoría de los lectores conocen el nombre de Flaubert, y muchos han leído sus grandes novelas; pero me parece que también es interesante poder acercarse a su producción breve, y además hacerlo con un libro que es perfecto para leerlo en una tarde de sol y playa.