Esta novela publicada en 1861 por Mary Ann Evans (bajo el pseudónimo de George Eliot) es el segundo libro que he leído durante este mes para el Victober, y además también es el segundo libro que he leído de la autora inglesa. A pesar de que no estamos ante una obra de muchas páginas, Evans nos demuestra que se pueden contar muchas cosas, y tratar muchos temas, si de verdad se posee ese indudable talento narrativo que tenía la de Nuneaton.
Antes de nada me gustaría confesar que tras leer el argumento de esta novela, mis expectativas no eran muy positivas; y es que es muy difícil que una novela que tiene como protagonista a un hombre que es descrito como “solitario” “huraño” y “desdichado” me consiga emocionar; tampoco lo hizo el hecho de que la novela gire alrededor del momento en que Silas se encuentra en su casa con una niña abandonada a la que termina adoptando. Pero siendo sinceros la novela no tiene como tema central este, ni es Silas su personaje más importante.
La historia arranca cuando Silas es falsamente acusado de un robo (planeado y ejecutado por su mejor amigo), y la novela se centra en explicarnos como un solo evento tan traumático como éste puede afectar a la vida de una persona, y es que tras la acusación Silas se ve obligado a abandonar su comunidad e instalarse en un pueblo llamado Raveloe, en su nueva vida ya no hay cabida para las relaciones sociales, así que este vacío Silas lo llena con su trabajo y el dinero que gana con su telar.
A la par transcurre la historia de dos hermanos, que según mi humilde opinión son los verdaderos protagonistas de la historia, ellos son Godfrey y Dunsey Cass, hijos de un terrateniente que espera que sus hijos puedan casarse bien. Sin embargo, la codicia de uno y los secretos de otro hace que los hermanos Cass acaparen mucha parte de la narración, de tal forma que su historia terminará por cruzarse con la de Silas de una forma totalmente inimaginable y dramática.
Es innegable que en esta novela se recogen varios de los temas más populares de la época victoriana, como puede ser la importancia del trabajo, pero también ese sentimiento religioso que está tan presente en toda la obra. Pero también podríamos citar otros como pueden ser el individuo frente a la comunidad, el vicio contra la disciplina, las diferencias de clase, y también la industrialización.
Para concluir tengo que decir que he disfrutado mucho leyendo “Silar Marner”, además me parece una de las mejores novelas de la época Victoriana que he leído; y tras este segundo acercamiento a la obra de Mary Ann Evans, estoy seguro de que volveré a leer más libros de esta autora.