Tras terminar un 2018 lleno de grandes libros y muy buenas lecturas hay un par de datos que me gustaría compartir, estos son datos referentes a esos libros y que aportan conclusiones muy interesantes, por ejemplo, estas lecturas han sido mucho más «internacionales» que en el pasado, con un total de 17 nacionalidades diferentes, además este año he leído el mismo número de libros escritos por autores que por autoras.
A pesar de que uno de mis deseos para 2018 era el de activamente leer los libros que ya tenía por casa, he de confesar que he terminado haciendo justamente todo lo contrario, y es que casi todas mis lecturas han sido nuevos descubrimientos de autores que me he ido «encontrando» en la biblioteca municipal.
Para esta entrada, siempre tan especial, he seleccionado un total de dieciocho títulos, en los que hay un poco de todo, y es debido a esto que he decidido agrupar los dieciocho títulos en cuatro grandes categorías que pueden ayudarnos a entender como ha sido este año lector.
Literatura en Gallego:
Y vamos a empezar este repaso con los escritores gallegos, o mejor dicho escritoras pues los tres nombres más destacados de este año corresponden a tres escritoras de la misma generación, me refiero a Emma Pedreira (A Coruña, 1978), Yolanda Castaño (Santiago 1977) y María Reimóndez (Lugo 1975).
De Pedreira leí “Bibliópatas e fobólogos” un libro de narrativa que reúne varios relatos y micro-relatos que giran en torno a los libros, los lectores, el lenguaje, y que podría decirse que juega con la retranca y los dobles sentidos; en definitiva un libro muy divertido para leer durante un fin de semana, y una muy buena forma de descubrir la obra de la coruñesa.
Mientras que en este año en el que Yolanda Castaño publicaba un nuevo libro, el primero de Cómic Poetry publicado en Gallego, yo aprovechaba para terminar de leer los dos poemarios que me faltaban para completar su obra poética, y de la cual me gustaría destacar el siguiente titulo, “Profundidade de campo”, uno de los mejores libros de poesía que he leído este año.
Y para terminar este bloque de literatura galega lo hacemos con la autora de la que más libros he leído este año, María Reimóndez, de quien he leído cuatro poemarios; y de entre esos cuatro me voy a quedar con el primero que leí, “Galicia en Bus” una novedad del pasado marzo que tenía muchas ganas de leer, y además me permitió conocer a una autora muy interesante.
Cuentos, poesía y teatro:
Empezando con el teatro y uno de los nombres propios de la literatura universal, Oscar Wilde, del irlandés he elido “El abanico de Lady Windermere”, una divertida obra de teatro que trata sobre las sospechas de Lady Windermere de que su marido puede estar manteniendo una relación con otra mujer, y sus disparatados intentos para descubrir si esto es real. Wilde nos deleita con unos profundos e ingeniosos diálogos sobre la naturaleza de las personas y las relaciones.
“Ya nadie baila” de la poeta segoviana Elvira Sastre fue otro descubrimiento para mi, pero en esta ocasión se trata de uno que ha dejado un sabor especial, y es que Sastre no es sólo la escritora del momentos, sino que es una de esas personas que siempre tiene algo interesante que decir; este «Ya nadie baila» fue el primero de sus tres libros que he leído el año pasado, y ahora, en 2019, me gustaría completar toda su bibliografía. Además me parece que este año tiene preparada su primera novela.
En lo referente a los libros de relatos tengo tres títulos que me gustaría destacar; empezando por el más corto de los tres libros “The Missing Girl” de Shirley Jackson, esta pequeña selección de tres relatos de la escritora californiana es una perfecta carta de presentación a una autora que me ha recordado mucho a Roald Dalh, pues sus historias son muy intrigantes y siempre tienen un giro que como lector no te lo esperas.
Mientras que en “Mala letra” de Sara Mesa se abordan temas más realistas, y que tienen que ver con los sentimientos y las personas, y ciertamente la escritora andaluza lo hace de forma magistral en estos once cuentos, en los que vuelven a aparecer temas recurrentes como son la culpa o la falta de libertad.
En el caso de “Nocturnos” de Kazuo Ishiguro el hilo conductor es la música, y también como la realidad se ha cruzado ante los sueños de sus protagonistas, este es el primer acercamiento que he tenido a la obra del escritor británico, y sin ninguna duda estamos ante un libro que nos invita a repetir y leer más a Ishiguro.
Clásicos y clásicos modernos:
2018 no ha sido un año de muchos clásicos para mi, pero sí que ha habido varios buenos clásicos durante el año. Año que empecé con el audiolibro de “Animal Farm”, obra de George Orwen, y narrado de manera espléndida por el actor británico Bill Nighy. También hubo un libro clásico en el último trimestre del año, en Octubre le toco el turno a “Villette” obra de Charlotte Brontë, autora muy popular durante la época victoriana, y que se encuentra entre mis cinco escritores favoritos.
Durante el año también hubo otros libros que perfectamente podrían entrar dentro de esa definición de «clásico», como son: “El Silmarillion” un clásico de la fantasía escrito por J. R. R. Tolkien, o “Cien años de Soledad” del premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez, un clásico de la literatura latinoamericana. Estas dos lecturas fueron de lo más destacado de mi año lector, y es que estamos hablando de dos de esos libros que uno desearía poder volver a leer, ya sea por su historia o por la calidad de su prosa.
Ficción contemporánea:
Para terminar me gustaría hacerlo repasando esas novelas publicadas más recientemente, y que realmente supusieron un gran porcentaje de todo lo que leí en 2018, además estos son seis nuevos nombres, de cuatro escritores y dos autoras de los que me gustaría leer todos los libros que han publicado.
Los dos primeros libros de los que me gustaría hablar son “Amsterdam” de Ian McEwan, y “El ruido del tiempo” de su compatriota, Julian Barnes. A pesar de que estos libros son muy distintos, los dos tienen en común que son historias donde los personajes son muy importantes, y en este aspecto tan importante se han enfocado estos dos mastodontes de las letras inglesas, en dar vida a personajes (Clive y Vernon en «Amsterdam«, y Dmitri Shostakóvich en «El ruido del tiempo«) con los que es fácil empatizar, y que nos irán lanzando diversas preguntas durante el avance de nuestra lectura.
Algo similar ocurre con “Un hombre en la oscuridad” de Paul Auster, aunque esta es una novela más experimental en su forma, y que puede parecer poco accesible al lector en sus primeros capítulos, pero sin embargo se va convirtiendo en una novela más familiar en la que nuestro protagonista nos ira contado cosas sobre su vida.
“El crimen del conde Neville” de la escritora de origen Belga, Amélie Nothomb, reinterpreta la clásica obra de Oscar Wilde «El crimen de Lord Arthur Savile«, y lo hace con ese agudo ingenio y sentido del humor que caracterizaba la obra del escritor irlandés; en definitiva este es un libro corto, pero muy divertido, que puede ser una buena recomendación para todos aquellos que no conozcan a la escritora belga.
Otro de esos libros que deberías de leer para empezar con su autor, es “Asesinos sin rostro” de Henning Mankell, y es que esta novela del genio de la novela negra nórdica es la primera entrega de la serie del inspector Wallander, además se trata de un libro que es bastante adictivo, y que aborda diferentes conflictos como puede ser: el envejecer sin compañía, las relaciones personales, la inmigración, o el abandono del mundo rural.
Y para terminar lo hacemos con el que ha sido el mejor libro del 2018, y no podía ser otro que “La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey” de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows, una lectura de esas que te acompañaran para siempre, no sólo por la historia que encierra sus páginas, sino que además por lo bien narrada que está, y sin olvidar a sus personajes que parecen cobrar vida a medida que los vamos conociendo; no tengo mucho más que decir, pero espero que todos y todas le deis una oportunidad a este libro.