Antes de nada me gustaría decir que de las treinta y dos selecciones que tomaron parte de esta Copa del mundo de Baloncesto Masculino disputado en China, sólo dos has sido las que han sido capaces de emocionarme con su juego, y justamente esas dos han sido Argentina y España, y es que se podría decir que fueron los países que mejor baloncesto jugaron durante el campeonato. Teniendo todo esto en cuenta decir que Argentina ha sido justa finalista y han logrado una medalla de mucho mérito. Es por ello que en esta ocasión me parece un error de la FIBA el no haber incluido a nada más que a un jugador argentino en el quinteto ideal del torneo, especialmente teniendo en cuenta que este país derrotó de una manera muy clara tanto a Serbia como Francia, quienes sí fueron capaces de colocar a un jugador para reconocimiento.
Empezando por la final yo diría que la veteranía y la experiencia han sido la clave de esta final en la que España siempre fue por delante en el marcador, y en la que tampoco pasó muchos apuros para asegurarse su segundo Trofeo Naismith (2006 y 2019). Con un baloncesto solidario y grupal, España fue capaz de dominar todas las fases del juego, empezando en la defensa a Campazzo y Scola, y también en ataque con 6 jugadores consiguiendo dobles dígitos en anotación. No podemos negar que los campeonatos organizados por países del lejano oriente le traen bastante buena suerte al equipo español.
El mejor jugador de la final fue un Ricky Rubio, quien también repitió premio al mejor jugador del torneo; y la verdad tengo que decir que me parecen dos decisiones muy justas. Rubio fue el mejor de la final, y es algo que demuestran unos números que son realmente para enmarcar con 20 puntos (sólo Gabriel Deck anotó más que él -24 pnts-), 7 rebotes, 3 asistencias y 22 de valoración (sólo Marc Gasol valoró más que Ricky -27 de valoración-). Además es innegable la gran contribución del actual base de los Phoenix Suns, no sólo en anotación, sino que también en liderazgo, y siendo el faro del equipo en los momentos más complicados de los partidos de la selección, demostrando porque fue escogido con el número 5 en el Draft de 2009.
Otro jugador del que también hay que hablar es Marc Gasol, y su 2019 con el título de Campeón de la NBA y su segundo mundial. El mediano de los Gasol, que en esta temporada se ha ido a más de ciento diez partidos disputados, ha tenido una presencia muy importante con la selección española; pero quizás en esta ocasión podría decirse que fue realmente salvador en el partido de semifinales contra Australia en el que anotó la friolera de treinta y tres puntos para ganar a un rival que exigió el máximo esfuerzo para los de Sergio Scariolo.
Pero a lo largo de este campeonato has sido muchos los jugadores que han brillado con luz propia. Empezando con Juancho y Willy Hernangómez Geuer, los hermanos han demostrado que por sus venas corre baloncesto (por parte de padre y madre), y han logrado algo antes impensable en el baloncesto español, ya que los dos hermanos han logrado anotar 11 puntos cada uno en la final de un mundial (recordemos que Pau no pudo jugar la final de Japón). También Victor Claver, el valenciano que ha recibido muchas “críticas” en la redes sociales, comentarios negativos que no reflejan para nada ni la carrera ni el carácter de un jugador que se fue muy joven para la NBA y que ya lleva varias temporadas jugando en el Barcelona (uno de los mejores equipos de Liga Endesa, y uno de los grandes de Europa). Un Sergio Llull que ha ido creciendo con el transcurrir del campeonato, y ha estado totalmente desatado en ataque durante esta semana final. Y también Pau Rivas y Oriola que han sumado siempre en positivo saliendo desde el banquillo.
Ya por último me gustaría hacer una mención especial para Rudy Fernández, probablemente mi jugador español favorito, y el capitán que ha tenido el privilegio de poder levantar esta deseada copa en Pekín. Hablar de Rudy es hablar de un jugador que lidera desde el ejemplo y su compromiso, pero si analizamos su juego hemos de decir que Rudy siempre está en esos momentos más complicados (en los grandes partidos), pero también es capaz de ponerse el traje de faena y defender a un contrario sin ni siquiera mirar a la pelota. Pero Rudy es algo más que ese 3&D que dicen los americanos, es cierto que sus triples fueron muy importantes contra Polonia (cinco de cinco intentos), pero Rudy ha demostrado serenidad en los momentos claves del campeonato, y fue capaz de terminar varios encuentros con cuatro faltas y sin ser expulsado. Fernández es junto a Marc Gasol el único jugador español que puede presumir de ser dos veces campeón del mundo, y de verdad que me alegra ver como esta mezcla de veteranía y juventud le ha traído éxitos al baloncesto español.
Para ir concluyendo, remarcar mi disconformidad con el quinteto ideal de la FIBA, yo hubiera elegido uno con: Ricky Rubio y el Facu Campazzo de playmakers, con Rudy al tres (alero), y dos torres como Marc Gasol y Luis Scola para dominar el juego interior. También decir que confío mucho en Argentina y su brillante futuro para los Juegos de Tokio 2020. Y hacer un breve inciso en la gozada que es ver como España ha dominado el baloncesto en este 2019, año en el que el equipo nacional femenino ha logrado retener su cetro europeo con un campeonato maravilloso (que no pude comentar en el blog, pero disfrute con cada partido), y ahora con un segundo Mundial que de verdad es algo muy merecido para este grupo de jugadores y técnicos que ya están en la historia de este deporte.