Esta será la última entrada que le dedique a la serie de televisión Game of Thrones, y teniendo en cuenta de que la serie ha terminado este pasado domingo, voy a intentar comentar lo que me ha gustado de este último capitulo, hacer una pequeña valoración sobre la temporada y finalmente comentar a grandes trazos y de manera personal porque me parece que la serie creada por David Benioff & D. B. Weiss es o no la mejor de la historia de la pequeña pantalla.
En este último episodio que lleva por título “The Iron Throne” uno tiene la sensación de que es hora de ir poniendo el punto final a las historias de nuestros protagonistas, aunque en algunos casos se trata de un punto y seguido, pero en general me parece que este es un final muy digno para la serie. Un final poco previsible nos deja a Bran como Rey de los Seis Reinos (antes siete), y a todos los Starks viviendo una vida plena y feliz; mientras que Daenerys termina muerta y sin llegar nunca a sentarse en el trono de hierro.
Cosas a destacar es la emoción de Tyrion al recorrer la ruinas de King’s Landing, totalmente destrozado por los acontecimientos, pero especialmente al encontrar a sus dos hermanos muertos en el interior de la Fortaleza Roja, escenas que seguramente le sirvan a Peter Dinklage para ganar su cuarto premio Emmy. Personalmente también me gustaron todas esas escenas que vamos viendo al final, y en las que nos muestran el destino de los personajes que nos han acompañado durante estas ocho temporadas; y si me tengo que queda con una de esas escenas, me quedó con la de Brienne escribiendo en el libro blanco todas las grandes hazañas de Jaime Lannister.
El sabor que me queda tras esta octava temporada es que realmente hay cosas que podrían haberse hecho de forma diferente, haberse hecho mejor, pero nuevamente el resultado general es bastante satisfactorio. No podemos negar que esta temporada final nos ha dejando un par de episodios que parecen estar rodados en unos estudios de Hollywood para una de esas superproducciones de millones de dollares; pero no debemos olvidarnos que estamos hablando de una serie de televisión que se ha rodado a muchos kilómetros de Hollywood, más concretamente en los Titanic Studios de Belfast.
Los tres episodios que más me ha gustado de esta temporada son el primero, el segundo y el sexto; siendo el cuarto el que menos me gustó, porque de verdad me parece que no nos dejaron disfrutar de la batalla marina contra Euron Greyjoy. Es cierto que algunas personas pueden pensar que en los dos primeros episodios no ocurre nada, pero es en estos donde nos van dejando detalles o pistas sobre temas que son importantes y de los que conoceremos su desenlace con el avance de la serie, como por ejemplo la forma que tiene Sansa de recordarle a Daenerys que el futuro de el norte es un tema muy importante para ella, o recordarle constantemente a la audiencia que Tyrion ha cometido muchos errores.
Pero si hay algún detalle que realmente merece la pena destacar sobre esta temporada es la importancia del norte y de la casa Stark, y es que fue esta familia creada por George R. R. Martin la primera que nos presentaron en la serie. Además si no me equivoco en la primera escena del primer episodio nos encontramos en un bosque de más allá del muro, que me parece que es el mismo bosque que vemos al final de la serie cuando Jon Snow esta cabalgando con el Pueblo Libre y lo que queda de los hermanos de la Guardia de la Noche. Esta escena en la que empezamos a apreciar los primeros brotes verdes me parece una buena metáfora para reflejar ese concepto creado por Martin y que es una referencia al título del último libro de la serie “A Dream of Spring”.
Finalmente decir que he seguido esta serie desde el comienzo de la misma, ocho años viendo semana tras semana los nuevos episodios de la serie, y además leyendo los libros que adaptan gran parte de las primeras temporadas; y tengo que confesar que esta es una de las pocas series que yo podría decir que puede estar a la altura de Los Soprano o Mad Men.
Alegremente son muchos los que dicen que Game of Thrones es la mejor serie de la historia, pero aunque pienso que este es un debate que pueda darse; hay que ser objetivos y pensar que tal vez lo único en lo que ha pecado la serie ha sido a la hora de encontrar actores que con su interpretación pudieran llenar la pantalla de la misma forma que lo hacían Jon Hamm y Elisabeth Moss en Mad Men o James Gandolfini y Edie Falco en los Soprano.
En definitiva, Juego de Tronos pasará a la historia por ser capaz de hacer que una serie de televisión pareciese una película de elevado presupuesto, por dar vida a un proyecto tan arriesgado como el de llevar a la pequeña pantalla la historia fantástica creada por George R. R. Martin, y por ser capaz de crear un enorme grupo de fans que compartían sus ideas y teorías sobre el devenir de la serie y sus personajes.