Como muchos ya sabréis en este año se celebra el doscientos aniversario del nacimiento de Anne Brontë (1820-1849), la menor de las tres hermanas novelistas victorianas; autoras de las que he podido disfrutar de la lectura de todas sus novelas publicadas, todas ellas muy recomendables; pero hoy me gustaría poner especial atención en esta gran obra publicada en 1848 por Anne, y que es la segunda de las dos novelas que publicó antes de dejarnos a la temprana edad de 29 años.
Al hablar de “La inquilina de Wildfell Hall” debemos decir que se trata de una obra que ha resistido muy bien al paso del tiempo, y es que los temas tratados siguen estando muy vigentes y presentes en nuestra sociedad. Pero por desgracia también tenemos que comentar que esta es una obra que durante años no recibió toda la atención que se merecía, estando siempre a la sombra de “Cumbres Borrascosas” y “Jane Eyre” novelas escritas por sus hermanas; una atención que Anne ha visto de sobra recompensada gracias a que el tiempo siempre pone a cada uno en su sitio, en este caso dejando a la menor de las Brontë entre los grandes nombres de la literatura inglesa del siglo XIX.
Los personajes, sus dilemas morales, las situaciones a las que se ven sometidos, y sobre todo su forma de actuar y de entender la vida es algo que me dejó totalmente fascinado mientras leía esta novela. El personaje de Helen es realmente brillante, y la evolución que tiene a lo largo de la historia es algo que como lectores sólo podemos disfrutar y aplaudir. Lo mismo podríamos decir que ocurre, pero en menor medida, en el caso de nuestro narrador, Gilbert Markham, que sufrirá diversos cambios en su forma de ser a medida que va conociendo a Helen.
Temas que se tratan en la novela de Anne Brontë podrían ser: el matrimonio y la maternidad, el alcoholismo y la depravación de las clases más altas de la sociedad, los malos tratos contra la mujer ejemplificados en la figura de Helen, la mujer como artista y sus dificultades para poder ser reconocidas por su trabajo, y también tiene una gran importancia la religión.
Pero la grandeza de este libro también reside en la gran capacidad narrativa de su autora, quien decide empezar a contarnos una historia ambientada en una localización, para poder luego narrarnos la historia de Helen a través de unos diarios que nos revelan la trama principal de la novela. La novela está narrada de tal forma que uno va haciendo diversos descubrimientos con el trascurrir de la lectura, y de tal forma que uno se siente totalmente inmerso en la historia.
Para concluir me gustaría decir que “La inquilina de Wildfell Hall” de Anne Brontë es uno de esos grandes clásicos de la literatura europea, pero que además se lee como un texto muy cercano del que aún podemos aprender muchas cosas, y que al tratar tantos temas nos deja un fiel reflejo de la sociedad de la época. En mi humilde opinión, y tras haber leído todas las novelas de las hermanas Brontë puedo decir que “La inquilina de Wildfell Hall” está en mi Top 5 de obras firmadas por las tres hermanas. Esto ha sido todo por mi parte, y espero que le podáis dar una oportunidad a esta gran historia.